HUELGA GENERAL

ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS. UN POCO DE POLÍTICA. 29 de septiembre de 2010

Hoy está convocada una jornada de Huelga General en todo el país. No sabemos qué repercusión puede tener esta convocatoria. Parece que los ánimos, pese a la que está cayendo, no están muy caldeados. A veces, parece que la gente sólo se mueve y expresa lo que siente cuando hay un partido de fútbol importante. Quizá sea así. Pero la Huelga General es un toque de atención de la ciudadanía, olvidándonos, si ello fuera posible, de las componendas de los agentes sociales, del volumen magro o excesivo de los servicios mínimos, de las declaraciones bisoñas.

Es una jornada para oponerse al poder, a los que están en zona vip y pueden decidir. Una huelga siempre es una acción peligrosa, amenazante, incluso en este posmoderno y ultracapitalista Siglo XXI.

Es un buen día para salir a la calle y ponerse el traje de revolucionario (da igual que en realidad uno no lo sienta y que en el fondo se encuentre cansado de todo), de gritar y pensar que está haciendo lo que debe. Uno puede animarse cantando el "Street Fighting Man", de los Rolling Stones, o "Canto a la libertad", del compañero Labordeta. Puede tener en la cabeza las imágenes de "Novecento", de Bernardo Bertolucci, o de "Sacco y Vanzetti", de Giuliano Montaldo. Una jornada para reconocerse una vez más que uno está vivo todavía. Que cree en cosas, aunque sea simplemente en ir contra lo establecido, aunque tenga el convencimiento de que nada va a cambiar. Que los Palacios de Invierno que se pudieran asaltar hoy son edificaciones difusas, extrañas, indefinidas, armadas con algo más poderoso y sutil que policías y soldados y que verdaderamente son imposibles de abordar.

No debe preocuparnos. Uno puede inocentemente pensar por un rato que lo que hay que hacer es molestar a los que lo tienen todo y creen que los del gallinero con el fútbol y el consumo ya tienen bastante. Salir a cuerpo a la calle, como dijeron Gabriel Celaya y Paco Ibáñez, para ver qué pasa. Siempre es oportuno estar en la oposición, se tenga o no razón, se sea muy inteligente o bastante menos. Pataleemos hasta el final.