NO SÓLO HALLOWEEN
ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS. UN POCO DE VIDA. 31 de octubre de 2010
Esta noche es la de Halloween. Un término totalmente ajeno a las tradiciones patrias del culto a los muertos y que, mamando del cine americano de terror de los últimos 30 años, parece que ya es algo súper implantado y los grandes comercios aprovechan para vender disfraces relacionados con la iconografía de películas como las de la saga "Scream". Lo cierto es que la noche de los difuntos, víspera del día de Todos los Santos, siempre ha sido una fecha especial en España, y la literatura, , entre otras artes, se ha hecho eco de este tiempo otoñal alrededor de una noche en la que las imágenes que debemos a los libros sobre el tema hablan de recitar versos contra el viento por un amor imposible mientras las hojas se desprenden de los árboles; en la que los cementerios parecen lugares menos fríos y en los que pudiera haber una comunicación con los muertos; y una noche en la que el ansia de libertad y de trascendencia de cada uno podría traspasar, quién sabe, los límites de la vida.
Sin embargo, dejamos de lado esta posible celebración o duelo y preferimos, como tantas otras cosas que nos imponen, lo que ha llegado con Halloween. No tienen la culpa los adolescentes, que han disfrutado y disfrutan con el gore o pseudogore de films relacionados con Halloween (el de título homónimo de John Carpenter, 1978), pero también podríamos todos haber insistido en que en España, y en Europa, hay mitos antiguos relacionados con esta noche e imágenes, cuentos y versos muy hermosos que crearon Gustavo Adolfo Bécquer o Edgar Allan Poe, que por cierto era norteamericano, o los grandes poetas románticos ingleses (Lord Byron, Shelley, Keats...). Una noche que podría ser subversiva y en la que -sigamos especulando en el punto anterior- se rondarían los lugares sagrados de cada cual, se juraría amor eterno sobre tumbas desconocidas y huiríamos despavoridos de fantasmas locales, mientras suponíamos que oíamos el aullido de los lobos y el ruido espeluznante de la verja del inevitable cementerio enloquecida por el viento abriéndose y cerrándose para permitir el paso a un incierto espanto.
Quizá no era necesario Halloween aquí. O sí. ¿Por qué no? Pero también teniendo en cuenta las bonitas tradiciones espectrales y arrebatadoras relacionadas, por ejemplo, con el Tenorio, que en estos días se representa en distintos teatros, y otras visiones del eterno romanticismo tétrico que podrían convivir perfectamente con "Thriller", el vídeo de John Landis de 1983 que ilustraba la canción de Michael Jackson, y sus epígonos más sangrientos.
No sólo Halloween, entonces.
Comienzo de "Scream" (Wes Craven, 1996) http://www.youtube.com/watch?v=pFCStOMqpfk
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