LAS FILTRACIONES DE WIKILEAKS, SECRETOS QUE YA SABÍAMOS/INTUÍAMOS

ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS. UN POCO DE POLÍTICA

Varios diarios de distintos países (entre ellos "El País") dan hoy lunes, 29 de noviembre de 2010, una cobertura amplísima a los documentos secretos del Departamento de Estado norteamericano filtrados por Wikileaks, una de las webs asociadas a esa summa del saber popular que es Wikipedia.
En titulares y frases destacadas se leen algunas reflexiones o comentarios incluidos en esos documentos clasificados que no estaban tan bien guardados como se presumía: "Sarkozy está obsesionado con que Francia tenga un papel relevante en el mundo". "Berlusconi no es de fiar". "Planes para atacar Irán". Es, al parecer, un escándalo que se publiquen estas frases (250.000 mensajes o cables que son parte de memorándums internos) desveladas por algún hacker en conexión con los responsables de Wikileaks.
¿Es tan importante que se sepan estas opiniones secretas de los funcionarios del Departamento de Estado norteamericano, aunque sea EE UU la primera potencia mundial? ¿Somos iguales, yendo a nuestro más íntimo rincón, en público y en privado? ¿Cómo es posible que se le dedique un despliegue informativo semejante a lo que cada hijo de vecino sabe?
No es de recibo que, como se comenta en los documentos que desvela Wikileaks, nadie se figure a estas alturas que Putin es autoritorio, que el régimen de Arabia Saudí, con su organización feudal perfectamente adaptada a la modernidad petrolera, tema mucho el fanatismo hortera de las autoridades religiosas de Irán y pida sottovoce -de la misma manera en que, salvando las distancias, se pudiera comentar en un tertulia de café- que se ataque militarmente a Irán.
Se le da demasiada importancia a lo que se publica en la Red. Es la moda y tiene fantásticas posibilidades, y este blog se beneficia de ello. Que están bien Wikipedia o Facebook o por supuesto la propia Red, este invento abrumador que es Internet por el que todos estamos conectados pero también vigilados, aunque esto último no se quiera verbalizar muy a las claras.
Somos muchos a los que nos gustaría que Wikileaks o cualquier otra comunidad que surja denunciaran con documentos también secretos, clasificados, for your eyes only, la dictadura mundial de los bancos y los mercados que está poniendo a la gente de rodillas y la pasividad cómplice de la masa que traga y traga incapaz e impotente (ese es el tema, que somos impotentes) de decir no al despotismo pornográfico de los especuladores financieros y sus agentes mediáticos (las agencias de valoración económica que vocean el buen grado de derechización de un país).
Esto es un error. No podemos pensar que los programas y revistas de cotilleo (que es lo que viene a ser en la gran política la filtración de los documentos del departamento de Estado de EE UU: por ejemplo, ¿es extraño o impactante que Gadafi sea hipocondríaco?) sean lo que va a mover montañas en el universo.

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