BOCAS

ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS. UN POCO DE LO QUE HAY QUE TENER. 25 de octubre de 2010

El alcalde de Valladolid, el popular Francisco Javier León de la Riva, hizo recientemente unas declaraciones, al hilo del nombramiento de Leire Pajín como nueva ministra de Sanidad, que han sido tachadas de sexistas e intolerables (venía a hacer un paralelismo entre los labios carnosos de la dirigente socialista y la repartición de preservativos). Han llegado en un momento muy delicado para su ciudad, que alberga la Seminci, realizadas tan sólo dos días antes de la inauguración de una nueva edición golpeada, como tantos otros certámenes, por la crisis y agobiada por la competencia de festivales cercanos en el calendario y pujantes como el de Cine Europeo de Sevilla.
Todos los grupos políticos han lamentado sus comentarios y la ministra de Cultura Ángeles González-Sinde le negó el saludo cuando ha acudido a Valladolid coincidiendo con la apertura de la Seminci y la visita a otras iniciativas culturales que la noble ciudad castellana está llevando a cabo. El presidente del PP, Mariano Rajoy -obsesionado con el nuevo cambio de Gobierno socialista que no trae el adelanto de elecciones que espera-, ha objetado, aun deplorando las afirmaciones de León de la Riva, que "no hay que fijarse en lo accesorio o el chisme". Con lo que cabría la posibilidad de entender que para Rajoy lo "accesorio" es el menosprecio y el sexismo a las mujeres, la mitad al menos de los españoles. Confiamos en que no fuera este el alcance de sus palabras.
Dado como está el patio político, con el anuncio desde hace meses según los sondeos del próximo triunfo popular en la elecciones de dentro de 17 meses, la metedura de pata de León de la Riva está adquiriendo proporciones de arma política, de impulso para un renqueante Gobierno que no sabe cómo atajar una crisis imparable. Sin duda, de puertas adentro en la jerarquía del PP estarán sonando palabras muy fuertes contra el alcalde de Valladolid y también estarán pensando cómo pueden contrarrestar el partido o el jugo que los socialistas van sacando de estas declaraciones increíbles, además de la catarata de opiniones adversas de la ciudadanía con respecto al regidor pucelano.
Esperamos de todo corazón que este incendio nacional no repercuta en un certamen como la Seminci que, con su gran historia detrás, se merecería otros gobernantes, de derecha o de izquierda, en los que apoyarse que no confundan la velocidad con el tocino.

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